En este artículo nos introducimos en aspectos nutricionales en CrossFit, siendo una de las actividades deportivas más populares en los últimos años. Según Glassman, fundador de crossfit, el objetivo es mejorar diez habilidades físicas generales: resistencia cardiovascular/respiratoria, resistencia, fuerza, flexibilidad, potencia, velocidad, coordinación, agilidad, equilibrio y precisión.
Parece ser, que como ocurre en deportes de larga distancia, ciclistas y aquellos donde se aplican categorías de peso, la ingesta energética de los practicantes de crossfit suele ser inferior a su demanda. El fenómeno de la baja disponibilidad energética puede llevar a las mujeres a sufrir trastornos menstruales y baja densidad mineral ósea, así como pérdida de peso, deshidratación, fatiga excesiva y problemas gastrointestinales y otros problemas de salud. De manera similar, en hombres, la baja disponibilidad de energía también traerá posibles problemas de salud, incluyendo niveles bajos de testosterona o irregularidades en las concentraciones de insulina y leptina.
Una correcta ingesta proteica es crucial para la respuesta adaptativa de los músculos al entrenamiento y no parece ser muy deficiente su toma en el mundo crossfit. Parece adecuado mantener una toma diaria entre 1,6 y 2,2 gramos por kilo de peso al día (habría que personalizar).
El aporte de hidratos de carbono debe ser adecuado para acumular reservas de glucógeno muscular y tener energía para el trabajo muscular. Aunque no existe actualmente una cantidad de hidratos al día, se estima de unos 5 a 7 gr/kg/día para una hora de entrenamiento, siendo ligeramente mayor a medida que aumenta la duración.
No podemos obviar el aporte de grasas, siendo esta en torno de un 30% a 35%, siempre priorizando la calidad de la misma. Un consumo excesivo de grasas puede afectar negativamente al rendimiento deportivo (siempre ver el contexto de cada persona).
Vigilar un adecuado aporte de vitaminas y minerales, en un ejercicio físico donde existe una mayor generación de especies reactivas de oxígeno (ROS) implicadas en el daño muscular, la disfunción inmune y la fatiga muscular.
Especial atención al ácido fólico en mujeres, muy relacionado con una baja ingesta energética. En las mujeres, la deficiencia de folatos puede provocar el desarrollo de anemia junto con disfunción del sistema nervioso central.
Otros micronutrientes relevantes son calcio, fósforo y vitamina D, siendo esta última influenciada por el tipo de actividad, la estación y las diferencias de ubicación geográfica. Por tanto, el riesgo potencial de sufrir deficiencia de vitamina D en cualquier época del año existe en los deportistas de CrossFit, que hacen ejercicio y compiten en espacios cerrados, evitando la exposición al sol.
Seguimos con recordar el adecuado aporte de sodio y la gran deficiencia de hierro en deportistas, donde también se incluyen aquellos practicantes de crossfit.
No existe un estilo de alimentación más idóneo para el crossfit, ya que todos requieren de una personalización adecuada y un seguimiento de la misma. La llamada nutrición de precisión con enfoque multidisciplinar será siempre la que tenga mayores garantías en cada deportista.